El Complejo Hospitalario Universitario de Toledo, dependiente del Servicio de Salud de Castilla-La Mancha (Sescam), ha alcanzado un logro significativo este mes al realizar con éxito su trasplante renal número 600 desde que obtuvo la autorización para llevar a cabo este tipo de cirugías el 7 de marzo de 2007. Este hito ha sido posible gracias a la generosidad de los donantes de la región de Castilla-La Mancha.
En los últimos dieciséis años, el centro ha llevado a cabo un promedio de 38 trasplantes renales al año, beneficiando a pacientes que han estado sometidos a tratamientos de hemodiálisis durante períodos prolongados. La diversidad de pacientes atendidos es notable, incluyendo a un receptor de tan solo 18 años y a otro de 87, que representan al receptor más joven y al de mayor edad trasplantado en el hospital, respectivamente, según ha destacado la Junta.
El año pasado, el Complejo Hospitalario de Toledo alcanzó un total de 29 donaciones de órganos, marcando así una recuperación completa en la actividad de donación de órganos tras los contratiempos ocasionados por la pandemia. Este impulso se ha mantenido durante el presente año, ya que hasta el 21 de diciembre se han llevado a cabo 50 trasplantes y se han registrado 35 donaciones de órganos. Esta última cifra supera las donaciones realizadas en 2019, año en el que el hospital experimentó su mayor número de donantes.
La doctora María Luisa Rodríguez, coordinadora médica de Trasplantes en el Complejo Hospitalario Universitario de Toledo, ha expresado su profundo agradecimiento a las personas que han contribuido a alcanzar este hito, especialmente a los donantes y sus familias, así como a los numerosos profesionales sanitarios que son parte esencial de este programa. La doctora Rodríguez subraya que los trasplantes son el resultado del trabajo y la dedicación de un equipo multidisciplinario que incluye intensivistas, nefrólogos, urólogos, anestesiólogos, patólogos, enfermeras, auxiliares y personal de laboratorio.
Además, la doctora enfatiza su profunda gratitud hacia los familiares de los donantes que, en momentos de gran dolor personal, optan por brindar el regalo de la vida a otras personas necesitadas. Este gesto de solidaridad resalta la importancia fundamental de la donación de órganos y su impacto transformador en la vida de muchas personas.