jueves, 5 diciembre 2024

La lucha del gremio de damasquinadores de Toledo por asegurar la supervivencia y declarar su arte como Bien de Interés Cultural

El gremio de damasquinadores de Toledo tiene grandes expectativas y entusiasmo ante la posibilidad de que su arte sea reconocido como Bien de Interés Cultural. Consideran que esta declaración podría ser una esperanza para revivir un sector que atraviesa una situación delicada y abrir un camino hacia un cambio generacional a largo plazo.

Después de varios años de espera, el presidente de la Fundación de Damasquinado de Toledo, Mariano San Félix Martín, ha destacado el papel destacado que el Gobierno regional ha desempeñado en el proceso de documentación para hacer posible este reconocimiento.

En la actualidad, el damasquinado se encuentra en una situación «enferma» debido a la falta de reconocimiento y recursos. San Félix ha explicado que será difícil que el sector salga adelante, pero están haciendo todo lo posible con el apoyo de los medios y las personas que colaboran para dar voz a esta forma de arte.

Hace algunas décadas, Toledo dependía en gran medida de tres sectores: la Fábrica de Armas, la Academia de Infantería y el damasquinado. Sin embargo, con el paso del tiempo, el damasquinado ha perdido protagonismo debido a la disminución en la demanda de productos elaborados.

A pesar de esto, San Félix ha resaltado que el damasquinado podría suponer un gran ingreso para Toledo tanto en la parte lúdica como en la artística. Por ello, es importante trabajar para no perder una tradición que lleva siglos en la ciudad.

El reconocimiento como Bien de Interés Cultural puede ser una herramienta útil en el progreso de la profesión. Sin embargo, San Félix ha advertido que la administración no tiene estadísticas sobre los damasquinadores activos, lo cual dificulta el relevo generacional. En la actualidad, solo cuenta con unos pocos discípulos.

Mariano San Félix Martín, con una larga trayectoria como damasquinador, ha tenido que enfrentar dificultades a lo largo de su carrera. Empezó en el año 1951 en distintos talleres con diferentes maestros y tuvo que buscar trabajo fuera de la provincia debido a la mala época que atravesó el sector. No fue hasta 1983 cuando regresó a Toledo y logró establecerse de nuevo.

En cuanto a la competencia profesional y las falsificaciones en las obras, San Félix ha destacado que no existe rivalidad entre los artesanos. A sus 85 años, continúa con la misma ilusión de siempre, intentando que esta tradición perdure por muchos años más.

En resumen, el gremio de damasquinadores de Toledo está emocionado con la posibilidad de que su arte sea declarado Bien de Interés Cultural. A pesar de la difícil situación actual del sector, confían en que este reconocimiento pueda traer un nuevo impulso generacional y ayudar a mantener viva esta centenaria tradición.

La entrada «El gremio de damasquinadores de Toledo lucha por declarar su arte como Bien de Interés Cultural y garantizar su supervivencia» se publicó primero en «Diario de Castilla-la Mancha».

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