Este jueves, 19 de octubre, comenzará en Toledo el congreso científico internacional ‘Lifestyle, diet, wine & health’, un evento en el que expertos internacionales se reunirán para debatir cómo el estilo de vida, la dieta, el ejercicio, el patrón de sueño y el consumo moderado de vino afectan la salud de las personas y sus posibles efectos adversos, como enfermedades cardiovasculares, cáncer, deterioro cognitivo y longevidad.
El profesor Ramón Estruch, experto en medicina interna y consultor senior del Departamento de Medicina Interna del Hospital Clínic en Barcelona, ha respaldado la dieta mediterránea, la cual se basa en elementos clave como el aceite de oliva, el vino, la fruta, la verdura y el pescado.
Según Estruch, la dieta mediterránea es una forma de vida asociada con la región en la que vivimos. Aunque se le conoce como «mediterránea», se puede encontrar en otras partes del mundo que comparten la misma latitud, como California, China, Chile, Argentina, Sudáfrica y Australia.
El estilo de vida mediterráneo es uno de los principales factores para la salud en todos los aspectos, a diferencia de algunas sociedades, como la estadounidense, que tienen dificultades para aceptarlo. Se está debatiendo cuáles son los factores clave de la dieta mediterránea y el estilo de vida mediterráneo que podrían adoptarse en Estados Unidos sin causar controversia.
El objetivo de este congreso es discutir las claves para que las personas puedan vivir más y mejor, basándose en una sólida evidencia científica. La ciencia es esencial para que las personas comprendan que estos hábitos no son simplemente una preferencia personal, sino que también benefician tanto a nivel individual como a la sociedad en general. Además, estos hábitos también tienen un impacto positivo en la sostenibilidad del planeta.
En cuanto al papel del vino en la dieta mediterránea, Estruch compara la controversia actual con la situación que enfrentó el aceite de oliva en el pasado. En su momento, el aceite de oliva se consideraba perjudicial debido a su contenido de grasa, pero ahora se sabe que contiene grasas insaturadas saludables.
El punto de vista defendido es el de la moderación y la inclusión del vino en el estilo de vida mediterráneo. No es lo mismo beber vino en ayunas por la mañana que disfrutar de una buena cena mediterránea por la noche. El vino puede considerarse beneficioso dentro del contexto de una dieta mediterránea y ayuda a amortiguar los posibles efectos perjudiciales del alcohol en pequeñas cantidades.
Además de una buena dieta, el ejercicio físico, el sueño adecuado y la felicidad también son factores importantes para una salud óptima y una buena calidad de vida.
En cuanto a la preocupación por la falta de hábitos saludables en la población, Estruch afirma que no es que lo estemos haciendo mal, sino que podemos hacerlo mejor. Aunque el patrón de alimentación de la dieta mediterránea aún está presente, se está perdiendo, especialmente entre los jóvenes. En relación a la idea de Galicia de prohibir las bebidas energéticas, Estruch no está a favor de las prohibiciones, sino de educar y promover una buena alimentación.
En resumen, es posible modernizar la dieta mediterránea y hacer que los alimentos sean más atractivos al paladar, alejándolos de la imagen anticuada y pasada de moda que algunos tienen de ella. El congreso ‘Lifestyle, diet, wine & health’ es una oportunidad para debatir y aprender sobre estos aspectos y cómo mejorar nuestra calidad de vida a través de la ciencia y los hábitos saludables.