El Museo del Greco en Toledo inaugurará el próximo martes, 25 de febrero, la exposición titulada ‘Tintoretto, la huella veneciana’. A través de tres obras maestras, la muestra propone una comparación entre la visión veneciana que Tintoretto y El Greco supieron plasmar en sus retratos.
Carolina Tobella, restauradora del museo, comentó en la rueda de prensa que «aunque es una exposición pequeña, tiene una gran relevancia, ya que confronta las obras de dos artistas que forman parte de una de las generaciones más influyentes en la historia del arte occidental». La exposición se llevará a cabo en la Biblioteca del museo y es el resultado de una colaboración con el Museo Thyssen-Bornemisza, centrándose en el ‘Retrato de un senador’ de Tintoretto.
En conjunto con esta obra, se exhibirán otros dos retratos de la colección permanente del museo, que representan a Antonio de Cobarrubias y a Diego de Cobarrubias, ambos pintados por El Greco. Estas tres piezas, de estilo manierista, datan de finales del siglo XVI.
La finalidad de la exposición es fomentar un diálogo entre el retrato veneciano y el estilo del Greco, quien incorporó a su arte en Castilla las influencias estilísticas que adquirió en Italia. Tobella enfatizó la relevancia del retrato como un género que permite a los artistas acceder a los círculos sociales más elevados, observando que «Tintoretto retrató a la denominada ‘gerontocracia de la Serenísima’, mientras que El Greco hizo lo propio en Toledo».
Es importante destacar que las obras de El Greco exhibidas pertenecen mayormente a la etapa final de su carrera, lo que brinda una excelente oportunidad para comparar su aprendizaje en Venecia con la evolución de su estilo personal. La restauradora mencionó que tanto las obras de Tintoretto como las de El Greco presentan composiciones similares y destacan por su «profundo venecianismo», así como por la capacidad de ambos pintores para generar una «imponente introspección psicológica».
Tobella también señala que los tres retratos representan a hombres mayores y que, lejos de ocultar la vejez, Tanto Tintoretto como El Greco la convierten en una virtud que simboliza la sabiduría, la serenidad y el poder.
Para enriquecer la experiencia del visitante, el museo organizará diversas actividades que facilitarán un acercamiento más profundo a las obras de Tintoretto y El Greco.
