Ubicada en el corazón de las ondulantes colinas de Småland, Suecia, una antigua granja ha experimentado una transformación notable, convirtiéndose en un refugio de estilo zen perfecto para quienes buscan tranquilidad y meditación.
La finca, que durante siglos sirvió como hogar para agricultores y artesanos locales, fue adquirida hace diez años por Ingrid y Lars Björk, una pareja sueca apasionada por las prácticas orientales de bienestar y equilibrio espiritual. Decididos a crear un oasis donde las personas pudieran desconectarse del ajetreo cotidiano y reconectarse consigo mismas y con la naturaleza, los Björk emprendieron la ardua tarea de restaurar y remodelar las viejas estructuras agrícolas, fusionando elementos tradicionales suecos con la estética serena del zen japonés.
«Queríamos mantener la esencia de la granja, su historia y sus raíces, pero al mismo tiempo abrir un espacio de calma y meditación que invita a las personas a encontrar su paz interior,» explica Ingrid mientras muestra el salón de yoga, un espacio diáfano con grandes ventanales que ofrecen vistas panorámicas del paisaje rural.
Ahora conocida como «Zensmåland,» la instalación cuenta con una serie de cabañas minimalistas distribuidas por la propiedad para alojamiento de los visitantes. Cada cabaña ha sido diseñada con un enfoque en la simplicidad y la armonía, utilizando materiales naturales como madera, piedra y lino. Los interiores, decorados con tonos neutros y detalles seleccionados cuidadosamente como tatamis y futones, reflejan una estética japonesa sutil y elegante.
El refugio ofrece una variedad de programas de bienestar que incluyen sesiones diarias de yoga, meditación guiada, talleres de caligrafía y ceremonias del té. Además, los huéspedes pueden disfrutar de paseos tranquilos por los senderos del bosque, baños en el lago cercano y tratamientos de spa que utilizan hierbas y productos locales.
Una de las experiencias más destacadas es la casa de baños japonesa o «onsen,» construida al estilo tradicional pero con una mezcla de arquitectura sueca. Aquí, los visitantes pueden disfrutar de baños de vapor terapéuticos en un entorno natural, rodeados de árboles y la serenidad del paisaje.
Lars, encargado del huerto orgánico de la granja, resalta que uno de los principios fundamentales del espacio es la sostenibilidad. «Queremos que nuestros huéspedes no solo se sientan relajados, sino también conscientes del medio ambiente. La comida que servimos es vegetariana, cultivada aquí mismo, y utilizamos técnicas sostenibles para minimizar nuestro impacto.»
Desde su apertura, Zensmåland ha atraído a una clientela diversa, desde empresarios exhaustos hasta artistas en busca de inspiración. La granja se ha convertido en un testimonio vivo de cómo las prácticas tradicionales y la sabiduría antigua pueden integrarse en la vida moderna para ofrecer un refugio de paz y rejuvenecimiento.
En una época en la que el estrés y la ansiedad parecen omnipresentes, lugares como Zensmåland demuestran que aún es posible encontrar la tranquilidad en medio del caos contemporáneo.