Las XXVIII Jornadas ViiV para ONG se llevaron a cabo en Toledo los días 7 y 8 de mayo, bajo el lema ‘Aprendiendo del pasado, mirando hacia el futuro. Un camino de avances y comunidad’. Durante este evento, se destacó la evolución de las necesidades y desafíos de las personas con VIH, así como la relevancia continua del activismo en este contexto.
Dos voces importantes, Mar Linares de 62 años y Oliver Marcos de 32, compartieron sus experiencias personales y profesionales relacionadas con los desafíos del VIH en diferentes etapas de la vida. Ambos resaltaron la necesidad imperativa de prestar atención a la salud mental de las personas afectadas y la importancia de que el sistema de cuidados se adapte a las particularidades de cada generación.
Oliver Marcos, educador en el Comité Ciudadano Antisida de Salamanca y secretario general de Cesida, habló sobre cómo su diagnóstico de VIH a los 26 años impactó profundamente su vida. Destacó la importancia de promover un activismo y una divulgación positivos sobre la enfermedad, resaltando la capacidad de las personas que viven con VIH para llevar una vida normal y satisfactoria.
Además, Marcos enfatizó la necesidad de una educación sexual integral que vaya más allá de promover el uso del preservativo, enseñando también cómo reducir el riesgo de transmisión en prácticas sin protección. Abogó por un mayor acceso a recursos de prevención y pruebas para las nuevas generaciones, así como por un mayor apoyo y comprensión para las personas recién diagnosticadas.
Por su parte, Mar Linares, miembro de SuperVIHvents, recordó su lucha para obtener una sentencia pionera en España que reconoce la incapacidad permanente por secuelas del VIH. Destacó cómo la situación de las personas diagnosticadas en los primeros tiempos de la epidemia contrasta con la realidad actual gracias a los avances en el tratamiento, y cómo el activismo y la divulgación siguen siendo fundamentales tras sobrevivir a los años más difíciles.
Ambos enfatizaron la importancia de combatir el estigma y la discriminación asociados al VIH, así como la necesidad de un enfoque holístico en el tratamiento y cuidado de la salud que abarque tanto el bienestar físico como el mental.
La evolución en los tratamientos, pasando de una veintena de pastillas diarias a una sola, y la perspectiva histórica del VIH desde los difíciles años 80 hasta la actualidad, donde se ha convertido en una enfermedad crónica manejable, demuestran claramente la transformación en la vida de las personas afectadas y la importancia crucial que el apoyo comunitario y el activismo continúan teniendo en esta lucha.
