El domingo 23 de junio falleció Ceferina Galán Mora, conocida como ‘Cefe’, la primera laboralista de CCOO-Toledo. Fue una maestra y un referente para todos aquellos que vinieron después.
Ceferina fue la precursora, la impulsora y la piedra angular sobre la que el sindicato construyó su Asesoría Jurídica. Pero primero, tuvo que construirse a sí misma. Llegó a Toledo siendo muy joven para trabajar en una casa adinerada. En aquel entonces, no había muchas opciones laborales y vitales para una chica humilde de Menasalbas. Sin embargo, ella aprovechaba las noches para estudiar.
Cuando se legalizaron los sindicatos en España, el 27 de abril de 1977, Cefe ya se había graduado como Graduada Social, lo que le permitía intervenir ante la jurisdicción social en defensa de los derechos de los trabajadores. Además de ser una militante clandestina en CCOO, tenía un firme compromiso sindical y sociopolítico.
Mientras otros miembros de CCOO-Toledo se encargaban de organizar y dirigir el sindicato, Ceferina se encargaba del asesoramiento jurídico, poniendo sus conocimientos de legislación laboral y social al servicio de los trabajadores. Su frase era conocida: «No firméis nada hasta que lo vea ‘La Cefe'». Cuando se aprobó el primer Estatuto de los Trabajadores el 14 de marzo de 1980, ella ya había ganado muchas demandas utilizando las Ordenanzas laborales del franquismo.
Atendía a los trabajadores en una carbonería de Pozo Amargo, donde sólo había una silla y un botijo. Los trabajadores exponían sus problemas de pie, mientras ella escuchaba sentada en la silla, tomando notas y armando el caso. El lugar estaba lleno de hollín en el techo y las paredes debido al humo de sus cigarrillos negros.
Además de brindar asesoramiento, Ceferina siempre transmitía su aliento a los compañeros laboralistas que se iban sumando a la asesoría jurídica del sindicato. Les guiaba, instruía y aconsejaba, pero sobre todo, les transmitía su ética, principios e ideología.
Su influencia se extendió más allá de la asesoría jurídica. Participaba en la toma de decisiones e era tenida en cuenta en cada discusión del sindicato: «¿Esto lo sabe Cefe? ¿Qué opina ella?». De esta manera, Ceferina ha ganado pleitos y derechos para decenas de miles de trabajadores y trabajadoras de la provincia y ha estado detrás de todos los avances laborales y sociales impulsados por CCOO-Toledo durante el último medio siglo.
Su actitud vital, su ideología de izquierda y su compromiso de clase la unen a sus compañeros del despacho de Atocha 55, a los abogados defensores encausados por el TOP y a todos los abogados laboralistas que luchan por los derechos de las personas más desfavorecidas.
Ceferina falleció el 23 de junio, pero antes de eso, ejerció su derecho al voto en las elecciones generales. Las flores enviadas por sus familiares, amigos y compañeros se encuentran ahora en los monumentos de los patios 31 y 42 del cementerio de Toledo, en honor de las personas asesinadas por la dictadura franquista. Su compromiso fue hasta el último aliento y más allá.
Ceferina vivió una vida plena, tenía un esposo que la amaba, unas hijas maravillosas, dos nietas y dos nietos a los que pudo disfrutar y a quienes queremos decirles que su abuela fue una gran persona, una sindicalista enérgica y una maestra de laboralistas. Fue una mujer admirable que, con humildad, tenacidad y esfuerzo, se hizo a sí misma para poder ayudar a los demás. Su legado es inestimable, y su ejemplo será recordado siempre.
Como dijo Federico Pérez, secretario general de CCOO-Toledo: «Hay personas que luchan un día y son buenas. Hay otras que luchan un año y son mejores. Hay quienes luchan muchos años y son muy buenas. Pero las hay que luchan toda la vida. Esas son las imprescindibles».
Este artículo fue escrito en colaboración por Federico Pérez, secretario general de CCOO-Toledo; Juan José Muñoz, coordinador de las asesorías jurídicas de CCOO-Toledo y CCOO-CLM; y Antonio Arrogante, presidente de la Fundación de Estudios Sociales de CCOO-CLM.