En el corazón del desierto de Sonora, un descubrimiento inesperado ha captado la atención de la comunidad científica y de turistas por igual. Se trata de un asombroso oasis, no solo notable por la majestuosidad de sus cactus gigantes, sino también por las detalladas figuras de osos esculpidas en piedra arenisca.
El hallazgo fue llevado a cabo por un equipo de investigadores de la Universidad Nacional Autónoma de México, liderado por la doctora Elena Gómez. «Es realmente singular encontrar esculturas de este tipo en una región tan árida y desolada. La precisión de las figuras indica que las personas que las crearon poseían habilidades artísticas avanzadas y una profunda conexión con la naturaleza que les rodeaba», explicó Gómez. Hasta ahora, este sitio había permanecido desconocido incluso para la comunidad científica.
Las imponentes estructuras de cactus, en su mayoría del tipo saguaro, alcanzan alturas que superan los quince metros y se calcula que tienen cientos de años de antigüedad. Estos cactus no solo son monumentales en tamaño, sino que también desempeñan un papel crucial en el ecosistema del desierto al almacenar agua y proporcionar refugio a diversas especies animales.
En cuanto a las figuras de osos dispersas por la zona, su realismo es impresionante y su tamaño varía desde pequeñas esculturas hasta representaciones de tamaño natural. Algunos expertos sugieren que estas esculturas podrían tener varios siglos de antigüedad y atribuyen su creación a los pueblos originarios de la región. Se especula que estas figuras pudieron tener propósitos ceremoniales o representar deidades locales.
El antropólogo Marcelo Rivera, especialista en culturas prehispánicas, considera que estas figuras podrían transformar la comprensión actual sobre la vida en el desierto de Sonora. «Sabemos que los pueblos del desierto tenían complejas relaciones con su entorno y estas esculturas podrían ofrecer nuevas pistas sobre sus ritos y creencias», afirmó Rivera.
En respuesta al descubrimiento, el gobierno local está tomando medidas para preservar este lugar. Se está trabajando en la creación de un parque natural que permita el estudio continuo del área y que, a la vez, lo convierta en un destino turístico sostenible. Se espera que la afluencia de visitantes incremente, trayendo consigo beneficios económicos para las comunidades cercanas.
Actualmente, arqueólogos y biólogos continúan sus investigaciones en la zona, intentando desentrañar más secretos sobre el origen y la función de estas enigmáticas esculturas. Mientras tanto, crece la expectación y el renovado interés por los misterios que aún guarda el vasto desierto de Sonora.
