La demanda de casas prefabricadas en España está en aumento gracias a su rapidez y coste más accesible en comparación con las viviendas tradicionales. Sin embargo, al embarcarse en esta aventura, es crucial ser consciente de ciertos costes adicionales que podrían influir notablemente en el presupuesto.
Uno de los principales gastos está relacionado con los permisos y licencias. La instalación de una casa prefabricada exige cumplir con la normativa urbanística local, lo que incluye obtener permisos de construcción y la aprobación de planos. Estos trámites varían en coste según la localidad, por lo que es aconsejable informarse bien de antemano.
El transporte e instalación de la vivienda también generan un gasto significativo. Aunque muchas empresas incluyen estos servicios, no siempre forman parte del precio base de la casa. Es fundamental pedir un desglose detallado de tarifas para entender bien el impacto en el coste total.
Además, la preparación del terreno puede ser una fuente de gasto inesperada. Ya sea excavando, nivelando o construyendo una base, los costes dependen de las características del terreno y de las exigencias de la instalación.
En relación con los servicios básicos, conectar la casa a las redes de electricidad, agua y alcantarillado puede sumar una factura no prevista en el presupuesto inicial. Es recomendable consultar a las empresas suministradoras para obtener una estimación precisa.
Por último, no se deben pasar por alto los gastos de mantenimiento y seguros. Las casas prefabricadas requieren un seguro para posibles daños y un mantenimiento regular para asegurar su buen estado a lo largo del tiempo.
Considerar todos estos gastos extras es esencial al planificar la compra de una casa prefabricada en España. Una planificación financiera meticulosa ayudará a gestionar esta inversión con tranquilidad y sin sorpresas desagradables.
