Este viernes, Castilla-La Mancha ha recibido a 173 menores saharauis como parte del programa ‘Vacaciones en Paz’, que ha estado en marcha desde 1979 y tiene como objetivo permitir a los niños saharauis pasar los meses de verano con familias españolas. Estos ‘pequeños embajadores’ disfrutarán de un tiempo de convivencia en la región para escapar del calor de su tierra natal, recibir atención médica, seguir aprendiendo español y, sobre todo, fortalecer los lazos entre los pueblos saharaui y español.
Elena Pérez de Vargas Villanueva, portavoz de la Asociación de Amigos del Pueblo Saharaui de Talavera y Comarca, ha destacado la importancia y los múltiples objetivos de esta iniciativa. Además de las razones humanitarias y educativas, ‘Vacaciones en Paz’ busca concienciar sobre la difícil situación del pueblo saharaui, que lleva más de cuatro décadas sufriendo una ocupación injusta y prolongada, así como sensibilizar sobre las circunstancias políticas que enfrentan como consecuencia de este desplazamiento forzado.
Después de varios años de descenso en el número de acogidas, agravado por la pandemia de Covid-19, este año se ha observado un aumento en el número de niños acogidos, superando los 130 del año anterior.
Además, en esta ocasión, la estancia de los niños se extenderá a los dos meses habituales, a diferencia del año pasado, cuando se redujo a mes y medio debido a ciertas trabas administrativas.
Otra buena noticia es que este año los niños han podido llegar directamente a Madrid, en lugar de tener que hacerlo a través de Alicante como el año pasado.
El programa ‘Vacaciones en Paz’ en Castilla-La Mancha cuenta con el apoyo de 18 asociaciones en cuatro de sus cinco provincias, lo que ha permitido distribuir a 69 niños en Toledo, 18 en Guadalajara, 39 en Albacete y 47 en Ciudad Real.
Este programa es el fruto de un compromiso social y político que se remonta a los inicios del Partido Comunista de España poco después de la Marcha Verde. Hoy en día, es reconocido como una muestra de solidaridad con el pueblo saharaui, evidenciando la generosidad de las familias de acogida y la comunidad de Castilla-La Mancha con esta noble causa humanitaria.
