La exposición ‘Imago Regis. Arte y retrato en los documentos pintados en el Archivo de la Nobleza’ ha tenido una gran acogida desde su apertura en octubre en el Archivo Histórico de la Nobleza en Toledo. Esta muestra reúne 33 documentos originales, elaborados a mano, que narran el proceso de otorgamiento de títulos nobiliarios a ciudadanos desde la Edad Media hasta el siglo XIX.
Este miércoles, la delegada del Gobierno, Milagros Tolón, visitó la exposición acompañada por la directora del Archivo, Aránzazu Lafuente, y una de las comisarias, María del Carmen López. Esta última ha colaborado en la recopilación de estas valiosas «joyas» artísticas junto con Álvaro Pascual, profesor de Historia del Arte en la Universidad de Valladolid.
Los documentos en exhibición cuentan con retratos pintados de reyes, entre los que se incluye a Carlos II y otros monarcas a lo largo de seis siglos. Estos documentos no solo avalan la entrega de títulos, sino que también representan la figura del Hidalgo, evocando al icónico Don Quijote de la Mancha. Obtener un título nobiliario suponía acceder a privilegios, como la exención de ciertos impuestos.
La importancia de estos documentos va más allá de las fronteras españolas, ya que son comunes en toda Europa y reflejan el poder de la monarquía española durante el Siglo de Oro (siglos XVI, XVII y XVIII). Detalles emblemáticos como la transición de los Habsburgo a los Borbones, así como la concesión de títulos a «indianos en el Perú», están reflejados en estas obras.
Consideradas «joyas» del arte, estas obras fueron creadas por pintores de cámara de la Corte y documentan la concesión de escudos de armas y títulos nobiliarios. A partir del siglo XVII, el deseo de ascender a la nobleza comenzó a eclipsar la aspiración de ser simplemente Hidalgo.
La exposición presenta trabajos de «increíble calidad técnica», con retratos, ornamentaciones y una iconografía rica, donde el valor histórico y artístico se interrelacionan. «Demostramos que las obras de pequeño formato, como estos manuscritos iluminados, también pueden considerarse arte», destacó la comisaria.
Desde una perspectiva económica, el costo de adquirir un título nobiliario pudo alcanzar los 30.000 ducados en el siglo XVII, lo que obligaba a los compradores a mostrar su capacidad económica y social. Estos documentos eran decorados de manera elaborada, utilizando pergamino, caligrafía y encuadernaciones de piel y plata, y eran transmitidos de generación en generación para preservar la posición social de la familia.
Esta exposición surge de una investigación iniciada por Álvaro Pascual, quien, al buscar documentos relacionados con Carlos II, descubrió no solo obras vinculadas a él, sino también a otros monarcas. Milagros Tolón subrayó el «importante valor» histórico, cultural y patrimonial de estas piezas, resaltando la belleza de las encuadernaciones de la época.
La entrada se basa en las últimas noticias sobre la buena acogida a la muestra de 30 documentos «joya» acerca de las cesiones nobiliarias en el Archivo de la Nobleza de Toledo, publicada por el Diario de Castilla-La Mancha.