Durante este verano, los hospitales de nuestro país tendrán más de 10,400 camas menos en funcionamiento debido al cierre planificado por las consejerías de Sanidad, como es costumbre cada año durante el periodo estival.
Según los datos recopilados por el Sindicato de Enfermería, SATSE, en las diferentes comunidades autónomas, se espera el cierre de al menos 10,463 camas. En el caso de Castilla-La Mancha, se prevé el cierre de 192 camas en total, distribuidas de la siguiente manera: Albacete con 38 camas, Ciudad Real con 72 camas, Guadalajara con 30 camas y Toledo con 52 camas.
La única autonomía que no ha proporcionado datos este año es la Comunidad de Madrid, que el año pasado cerró alrededor de 1,800 camas.
Después de superar la pandemia de Covid-19, la tendencia ha sido ascendente, con 8,594 camas cerradas en 2022, 9,809 el año pasado y 10,463 este año, sin contar los datos de Madrid.
A pesar de ser una cifra global a la baja, ya que algunos centros no han proporcionado datos alegando que dependerá de la evolución futura, SATSE denuncia las dificultades para obtener una información que es de interés público.
El cierre programado de camas en verano es una práctica común en todas las administraciones sanitarias, al igual que la suspensión de consultas, pruebas diagnósticas e intervenciones quirúrgicas en los hospitales y otros centros sanitarios públicos.
En cuanto al personal, SATSE subraya que, una vez más, las administraciones públicas no han cubierto todas las vacantes durante el periodo vacacional, lo que aumenta la sobrecarga laboral para las enfermeras que trabajan en verano.
El cierre de camas y la falta de sustitución de personal tienen un impacto directo en el aumento de las listas de espera en los últimos años. A pesar de las protestas, las consejerías y el Ministerio de Sanidad no llegaron a un acuerdo este año para mejorar la situación en verano, limitándose a culparse mutuamente en lugar de buscar soluciones.
En definitiva, el cierre de camas y la falta de sustitución de personal durante el verano afectan directamente a la atención sanitaria y contribuyen al incremento de las listas de espera, sin que se hayan tomado medidas efectivas para solucionar este problema.
