Zocodover sin ‘free tours’ masivos: el giro de Toledo hacia un turismo de calidad

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El Ayuntamiento de Toledo ha dado luz verde a su primera gran ordenanza destinada a regular la actividad turística en el casco histórico. La nueva normativa establece límites de hasta 30 personas para determinados grupos en algunas calles, prohíbe el uso de megáfonos y elimina la posibilidad de utilizar paraguas de colores como elemento publicitario, medidas que impactan directamente en el funcionamiento de los conocidos free tours.

Aunque en la versión final del documento se ha suprimido la mención directa a los “free tours”, el debate sobre este tipo de visitas guiadas y sobre el modelo turístico que la ciudad desea fomentar continúa plenamente vigente.

Este cambio normativo llega en un contexto de cifras récord para el turismo en Toledo. De acuerdo con la Encuesta de Ocupación Hotelera del Instituto Nacional de Estadística, en 2023 la ciudad recibió 591.445 visitantes, un 8,5 % más que el año anterior, y registró casi un millón de pernoctaciones (959.124), lo que supone un crecimiento cercano al 9 % respecto a 2022. Con estos datos, la capital regional refuerza su papel como uno de los destinos culturales de interior más atractivos del país.

En este contexto, la empresa local Visitas Guiadas Toledo (visitasguiadastoledo.es), considera que la ordenanza es “una oportunidad para ordenar por fin la actividad turística y dignificar la figura del guía profesional”, siempre que vaya acompañada de una aplicación rigurosa y de información clara al visitante.

Zocodover sin paraguas de colores: menos ruido visual, más experiencia

Hasta ahora, la plaza de Zocodover se había convertido en el principal punto de captación de free tours, con decenas de paraguas de colores ocupando el espacio público y ofreciendo rutas “a la voluntad” a los turistas que llegaban a la ciudad. La nueva ordenanza prohíbe expresamente este tipo de reclamos visuales en la vía pública.

“Los paraguas eran solo el síntoma visible de un problema de fondo: la sensación de masificación y ruido que sufrían tanto vecinos como visitantes. Zocodover debe seguir siendo la puerta de entrada al casco histórico, pero no puede parecer un mercadillo permanente de tours”, explica la dirección de Visitas Guiadas Toledo.

Para la empresa toledana, el objetivo no debería ser “expulsar a nadie”, sino garantizar que todas las empresas, tanto de pago tradicional como de free tour, cumplan las mismas normas de convivencia, seguridad y calidad del servicio.

“No es una guerra contra los free tours, es una apuesta por el turismo responsable”

El debate sobre la ordenanza ha generado recogidas de firmas, alegaciones y posicionamientos muy distintos entre guías, asociaciones vecinales, empresas y partidos políticos.

Frente a la polarización, la empresa apuesta por un mensaje de equilibrio:

“Los free tours en Toledo no son el enemigo. El problema no es el precio, sino el intrusismo, la falta de control sobre la cualificación de algunos guías y la ausencia de límites claros en el uso del espacio público.

Si la ordenanza sirve para que todos juguemos con las mismas reglas, será una buena noticia para Toledo.”

Desde la experiencia que les ha dado Visitas Guiadas Toledo, recuerdan que el visitante valora cada vez más la calidad, el trato personalizado y la interpretación rigurosa del patrimonio, por encima de si la ruta se vende como “gratis” o no:

“El turista que viene a Toledo está dispuesto a pagar un precio justo si entiende qué incluye el servicio, quién le guía y qué tipo de experiencia va a vivir. La transparencia en tarifas y la profesionalidad deberían ser el estándar en cualquier modalidad.”

El reto: compatibilizar turismo, vecinos y patrimonio

La ordenanza, que entrará en vigor el 1 de enero de 2026, pretende equilibrar el auge del turismo con la calidad de vida de los residentes del casco histórico, declarando “zonas saturadas” donde se restringe el tamaño y la forma de circular de los grupos, así como el uso de megafonía a determinadas horas.

Para Visitas Guiadas Toledo, este es solo el primer paso:

Grupos reducidos y mejor gestionados: “Un grupo de 15–20 personas bien acompañado genera mucha menos fricción que uno de 40, incluso si ambos cumplen la norma. Apostar por grupos pequeños mejora la experiencia del visitante y reduce el impacto en vecinos y comercios.”

Control del intrusismo y acreditación profesional: “Toledo es Patrimonio de la Humanidad. No tiene sentido que cualquier persona sin formación adecuada pueda explicar la historia de la ciudad a cambio de propinas. Sería deseable avanzar hacia un modelo donde la formación, la habilitación y la responsabilidad profesional sean obligatorias.”

Tecnología al servicio de la convivencia: “El uso de sistemas de audio individuales, earphones o radioguías no debería verse solo como una imposición, sino como una herramienta para que el guía hable más bajo, el grupo moleste menos y el vecino pueda seguir viviendo en su calle.”

Propuestas de Visitas Guiadas Toledo para un modelo de ciudad a medio plazo

A partir de la experiencia diaria con visitantes nacionales e internacionales, Visitas Guiadas Toledo propone aprovechar la nueva ordenanza para abrir un debate más amplio sobre el modelo turístico de la ciudad:

Homologación básica de guías y empresas, con requisitos mínimos de formación, seguros de responsabilidad civil y compromiso con códigos éticos comunes.

Información clara al turista antes de llegar a la ciudad: explicar la existencia de la ordenanza y los tipos de Free Tour en la web municipal, puntos de información y plataformas de reserva.

“Toledo puede convertirse en un referente internacional de turismo responsable si hacemos bien las cosas ahora. La ordenanza es el punto de partida, no la meta.

Para los que trabajamos aquí todo el año, no se trata de tener ‘más turistas’, sino de tener mejor turismo”.

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