El Pabellón Puente de Zaragoza brilló como el escenario de la cuarta edición del Premio Nacional de Arquitectura Novel de Itesal, una cita ineludible para los profesionales del mundo arquitectónico y constructivo. Aquí se celebró la innovación y la sostenibilidad, dos pilares fundamentales del desarrollo actual en el sector. Bajo la atenta mirada de figuras de renombre, como la alcaldesa de Zaragoza, Natalia Chueca, se reconoció el talento emergente que está dando forma al futuro de la arquitectura.
El evento tuvo como protagonista al joven arquitecto Víctor Jorgensen, cuyo proyecto «Carbonal Interrotto» se alzó con el primer premio entre 27 propuestas concursantes. Su creación fue distinguida no solo por su originalidad, sino también por su enfoque hacia la sostenibilidad, atributos que lo hicieron merecedor de un premio de 4.000 euros. La alcaldesa Chueca remarcó la imperiosa necesidad de incentivar proyectos arquitectónicos que prioricen la sostenibilidad, un valor cada vez más relevante en la gestión urbana.
Además del reconocimiento principal, la ceremonia también rindió homenaje a dos proyectos destacados con menciones especiales en la categoría de arquitectura sostenible construida. La reforma y ampliación de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Zaragoza, llevada a cabo por Magén Arquitectos, y el Edificio Skyline en la plaza Europa, concebido por Clúa y Longás Arquitectos junto con Mangado Asociados, ambos demostraron un uso innovador de la carpintería de aluminio de Itesal, subrayando el compromiso de estos estudios con el medioambiente.
René Sanz, en su rol como director de Relaciones Institucionales, Economía Circular y Sostenibilidad de Itesal, no escatimó elogios hacia los numerosos trabajos presentados, destacando la misión del premio: dar visibilidad a arquitectos jóvenes con ideas frescas e innovadoras. A su voz se unió la de Carlos Turégano, decano del Colegio Oficial de Aparejadores y Arquitectos Técnicos de Zaragoza, quien destacó la importancia de estos incentivos para fomentar la creatividad y la excelencia profesional.
La entrega de premios contó con una presentación a cargo de un jurado compuesto por notables figuras, entre ellas Enrique Jerez, Ferrán Calzada, José María González, Manuel Enríquez y Mónica Domínguez. Víctor Jorgensen, al aceptar su galardón, agradeció a Itesal por ser un pilar de apoyo para los jóvenes arquitectos y resaltó la calidad de las otras participaciones.
El talento emergente no se detuvo ahí: Marina Ponce se llevó el segundo premio con su proyecto «La estructura del Habitar», que le valió 2.000 euros. La competencia también reconoció con accésits a otros tres prometedores arquitectos: Juan Gaitán, Carmen Povedano, y Álvaro Pozo, quienes recibieron 500 euros cada uno por sus respectivos trabajos.
David Gómez, presidente de Itesal, fue el encargado de clausurar el evento, haciendo hincapié en la creatividad y excelencia presentes en los proyectos. Reafirmó el compromiso de la empresa con el progreso y el desarrollo de la arquitectura española, augurando un futuro brillante para el sector.
