Con la llegada del otoño, los aficionados a la jardinería encuentran en esta estación una oportunidad para revitalizar sus espacios verdes. Este año, tres plantas destacan por su capacidad para añadir color y vitalidad a jardines, mientras se adaptan bien a las condiciones climáticas típicas de los meses frescos.
El crisantemo se erige como una opción preferida. Sus llamativas flores, que van del amarillo al morado, son ideales para iluminar cualquier rincón del jardín. Requiere luz solar directa por al menos seis horas al día y un riego moderado, asegurando que el suelo drene bien para evitar acumulación de agua. Con los cuidados adecuados, los crisantemos pueden florecer hasta bien avanzado el invierno.
La adelfa es otra planta popular durante esta estación. Sus hojas perennes y flores en forma de campana añaden un toque decorativo en patios y terrazas. Esta planta es resistente al frío, aunque se aconseja protegerla de las heladas severas. Se debe colocar en un lugar con abundante luz solar y, aunque tolera la sequía, es importante mantener el suelo algo húmedo durante los meses más secos.
Por último, el brócoli ornamental está ganando adeptos en el diseño de jardines. No solo por su atractivo visual, sino también por ser comestible, aportando un valor práctico. Necesita pleno sol y un riego regular para mantener el suelo húmedo sin llegar al exceso. Aparte de su peculiar apariencia, ofrece cosechas frescas durante todo el otoño.
Estas tres opciones no solo embellecen los jardines, sino que también se adaptan perfectamente a las condiciones variables del otoño. Incorporar crisantemos, adelfas y brócolis ornamentales en los espacios verdes celebra la diversidad y belleza natural en una de las épocas más pintorescas del año.

