La Comisión de Urbanismo del Ayuntamiento de Toledo ha avanzado significativamente al aprobar una modificación puntual del Plan General Municipal de Ordenación Urbana (PGMOU). Esta acción establece una normativa específica para las viviendas y apartamentos de uso turístico en la ciudad, en respuesta al aumento del turismo y a la expansión de estos alojamientos a través de plataformas digitales, sobre todo en el Casco Histórico, una zona considerada de especial sensibilidad patrimonial y residencial.
La modificación de la ordenanza ha contado con el respaldo de todos los grupos municipales, excepto IU-Podemos, que se opuso a la propuesta. Una de las principales innovaciones de esta regulación es la ampliación de su ámbito de aplicación, que ahora abarca no solo el Casco Histórico, sino todos los barrios de la capital.
Sin embargo, se han definido dos áreas distintas en cuanto a normativas y limitaciones para la implementación de estos usos. En el Casco Histórico, las viviendas turísticas estarán restringidas a las plantas bajas y primeras. Fuera de esta zona, se establecerán condiciones urbanísticas específicas que variarán según cada área. En Los Cigarrales, únicamente se permitirán las viviendas turísticas, quedando excluidos los apartamentos turísticos.
Otro aspecto relevante es la disminución del cupo de saturación máxima en el Casco Histórico, que pasa del 20% al 12% del total de viviendas. Este porcentaje también se aplicará al resto de la ciudad con la finalidad de preservar el carácter residencial y evitar problemas de convivencia y gentrificación, especialmente en las zonas más afectadas. La normativa busca proporcionar un marco claro para las actividades de alojamiento turístico, aumentando la seguridad jurídica tanto para los operadores como para los residentes.
Entre los requisitos de la nueva regulación destacan normas de accesibilidad, habitabilidad y superficies mínimas que faciliten la posible conversión de estos inmuebles a uso residencial. También se incluyen medidas para una adecuada gestión de residuos y la reducción de ruidos, con el objetivo de beneficiar a los vecinos. Las actividades no registradas o el uso clandestino estarán sujetas a sanciones, y los inmuebles que no cumplan con los estándares técnicos no podrán regularizarse.
El Casco Histórico se convierte en una de las zonas más protegidas bajo esta normativa, ya que, además de las restricciones de saturación y ubicación, se prohíbe la conversión de locales comerciales en viviendas turísticas para salvaguardar el comercio local.
La nueva ordenanza busca encontrar un equilibrio entre el desarrollo económico relacionado con el turismo y la protección del derecho a la vivienda de los residentes. Además, pretende dinamizar el mercado inmobiliario mediante la rehabilitación de edificios, fomentando el uso tanto residencial como turístico, siempre dentro de un marco normativo claro que se actualizará regularmente para evaluar su efectividad y adaptarse a nuevas demandas.
La información completa sobre esta regulación se puede consultar en el Diario de Castilla-La Mancha.
