La limpieza de lámparas y bombillas suele quedar relegada en la lista de tareas del hogar, sin embargo, es clave para mantener un ambiente agradable y mejorar la eficiencia de la iluminación. Con el tiempo, el polvo y otros residuos se acumulan sobre estas superficies, reduciendo notablemente su capacidad de iluminar cualquier espacio.
Para realizar esta tarea de manera segura, el primer paso es desconectar la energía eléctrica, evitando así posibles accidentes durante el proceso. Una vez asegurada esta precaución, se puede proceder a la limpieza de bombillas y lámparas.
Las bombillas, sean incandescentes o LED, deben limpiarse con un paño suave y seco. Es esencial evitar productos químicos agresivos que podrían dañar el material. Para manchas difíciles, se recomienda una mezcla de agua tibia con un poco de jabón suave, aplicándola con un paño y secando posteriormente para evitar la humedad.
Las lámparas requieren un enfoque diferente según su diseño. Las pantallas de tela se benefician de una limpieza con aspirador en modo suave o un cepillo. Las pantallas de vidrio o metal pueden limpiarse con un paño húmedo, enjuagando bien para eliminar cualquier residuo jabonoso. En el caso de lámparas más complejas, como las de araña, desarmar las partes permite una limpieza más exhaustiva.
Mantener estos elementos en buen estado no solo mejora la iluminación, también prolonga la vida útil de las bombillas y genera ahorro en el consumo de electricidad. Un hogar bien iluminado y limpio también contribuye a un mejor estado de ánimo.
Dedicando un poco de tiempo a estas tareas y siguiendo simples pasos, es posible disfrutar de un ambiente más luminoso y acogedor en el hogar.

