El Hospital de Toledo se enfrenta a una sobrecarga en urgencias con una media de 551 pacientes diarios desde enero.

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La Central Sindical Independiente y de Funcionarios (CSIF) ha advertido que el Servicio de Urgencias del Hospital Universitario de Toledo sigue enfrentando una situación de colapso, con 60 pacientes esperando ingreso y una presión asistencial constante. Esta situación, denunciada el jueves, ha agravado la ya tensa atmósfera en la que opera el personal sanitario en el hospital.

Según CSIF, desde el 1 de enero, el Servicio de Urgencias ha atendido a 5.509 personas, con un promedio de 551 pacientes por día, y se han realizado 1.031 ingresos hospitalarios.

La central sindical ha expresado su preocupación por el alto número de infecciones respiratorias que persisten, sin que se implementen las medidas necesarias para hacer frente a esta situación. El delegado de Sanidad Toledo y médico de urgencias de CSIF, Miguel Ángel González Canomanuel, ha señalado que a pesar de los informes de una situación controlada, la realidad es diferente, con falta de previsión. También ha resaltado el impacto negativo en el ánimo del personal de urgencias, que ya está agotado por la pandemia del COVID-19 y debe enfrentar la falta de previsión durante el invierno.

El alto número de ingresos de pacientes, con 135 registrados solo el pasado miércoles, es otro indicador preocupante.

CSIF insiste en la necesidad de aumentar la plantilla, incorporar módulos de refuerzo y mejorar los servicios de Atención Primaria, que están desbordados. La demora en la obtención de citas médicas ha llevado a que pacientes con patologías de diferente gravedad opten por acudir a urgencias como primera línea de asistencia.

González Canomanuel ha destacado la falta de medios y recursos en todas las áreas de la cobertura sanitaria, lo que ha llevado a que las Urgencias se conviertan en el principal recurso asistencial por defecto.

Finalmente, CSIF ha criticado la percepción de normalidad que se ha transmitido a la sociedad al no implementar medidas preventivas, como el uso obligatorio de mascarillas, a pesar de que Castilla-La Mancha tiene las tasas más elevadas de incidencia respiratoria en España. También ha urgido a implementar estrategias para descongestionar la Atención Primaria y mejorar la capacidad asistencial del sistema de salud.

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