Un salón olvidado se ha convertido en un ejemplo de modernidad y luminosidad gracias a una ambiciosa renovación. La transformación estuvo a cargo de un equipo de diseñadores e ingenieros locales, quienes priorizaron maximizar la luz natural y mejorar la funcionalidad del espacio.
Antes de la intervención, el salón presentaba un ambiente oscuro, con paredes de colores apagados y una distribución poco eficiente. Los propietarios decidieron remodelarlo, integrando una cocina abierta para crear un entorno más social y dinámico.
El proceso de renovación comenzó con la demolición de tabiques que obstaculizaban la circulación y la entrada de luz. Se optó por instalar grandes ventanales, permitiendo que la luz solar inunde el espacio. Además, se eligió una paleta de colores claros para proporcionar una mayor sensación de amplitud. La nueva cocina, con electrodomésticos de última generación y una isla central, se conecta de manera fluida al salón, facilitando la interacción entre ambos espacios.
Los materiales seleccionados se destacan por su durabilidad y estética contemporánea. Maderas nobles, azulejos con diseños modernos, y accesorios de alta gama convierten el salón en un lugar ideal para reuniones familiares y sociales. Los propietarios aseguran que la transformación no solo ha embellecido el hogar, sino que también ha incrementado su valor de mercado.
La renovación ha sido elogiada por los vecinos, quienes la ven como un modelo para futuros proyectos en la comunidad. Este tipo de intervención demuestra cómo la inversión en diseño y funcionalidad puede revitalizar espacios que parecían haber perdido su atractivo.

