Transformar un espacio en un ambiente boho chic no requiere necesariamente un gasto significativo. Recientemente, se ha difundido una tendencia que permite a los aficionados del diseño personalizar sus hogares de una forma sencilla y asequible, utilizando un popular truco de Ikea. Esta técnica combina productos de la tienda con elementos decorativos que enfaticen la esencia bohemia: tonos cálidos, texturas diversas y una mezcla de influencias estéticas.
El proceso se inicia seleccionando una estantería BILLY de Ikea, un mueble clásico y adaptable a múltiples estilos decorativos. El objetivo es customizarla para que destaque y se convierta en un punto central del espacio. Pintarla en tonos como terracota o azul profundo, que evocan el estilo bohemio, es clave. Una vez pintada, lija algunas áreas para conseguir un efecto envejecido que aporte carácter.
Tras preparar la estantería, el siguiente paso es decorarla adecuadamente. Agregar plantas colgantes, cestas de mimbre y libros con portadas coloridas puede crear un entorno acogedor. Incorporar velas de distintas alturas y texturas también añade calidez al ambiente. En este estilo, los textiles son fundamentales: cojines de diversos patrones sobre un sofá cercano y mantas suaves que inviten al relax complementan el look.
Incluir piezas artesanales o vintage, como marcos de fotos antiguos, puede aumentar aún más la estética boho. La clave reside en combinar elementos de diversos orígenes, manteniendo siempre un balance entre lo moderno y lo tradicional.
Este truco de Ikea ha cobrado popularidad entre los entusiastas del interiorismo, no solo por su facilidad de implementación, sino porque permite a las personas reflejar su propia personalidad a través de la creatividad. En un contexto donde la sostenibilidad es primordial, reutilizar muebles y personalizarlos son prácticas cada vez más valoradas. Con un poco de esfuerzo e imaginación, es completamente posible transformar un hogar en un refugio bohemio lleno de estilo y encanto.
