En la actualidad, donde la sostenibilidad y el cuidado del hogar son temas en auge, encontrar plantas y flores que requieran poco mantenimiento se ha vuelto una prioridad para muchos. Existen especies que no solo embellecen el entorno, sino que también ofrecen soluciones prácticas para aquellos que buscan un jardín vibrante sin dedicarle demasiado tiempo.
La lavanda es uno de esos ejemplares destacados. Conocida por su fragancia distintiva y sus propiedades repelentes de insectos, esta planta se adapta a diversos tipos de suelo. Una vez establecida, requiere mínimas cantidades de agua y prospera bajo el sol, lo que la convierte en una opción ideal para climas áridos.
Otra elección popular es la suculenta Echeveria. Disponible en una variedad de formas y colores, esta planta es perfecta para quienes desean un toque decorativo sin el esfuerzo del riego constante. Al almacenar agua en sus hojas, la Echeveria puede sobrevivir largos períodos sin humedad.
El geranio, por su parte, es apreciado no solo por su vibrante gama de colores, sino también por su capacidad de florecer incluso en condiciones secas. Resistente al sol y poco exigente con los nutrientes, requiere riegos esporádicos, lo que lo hace ideal para personas con una agenda apretada.
El romero es otra planta que se cuida prácticamente sola. Esta hierba, popular en la cocina, es conocida por su resiliencia. Prefiere suelos bien drenados y necesita poca agua, siendo adecuada tanto para jardines como para macetas en balcones.
Finalmente, la caléndula se presenta como una flor fácil de cultivar que añade no solo belleza sino también funcionalidad al jardín, atrayendo polinizadores y repeliendo plagas. Se adapta a la mayoría de los suelos y su cuidado es simple, contentándose con un riego moderado.
Estas plantas y flores no solo embellecen los espacios donde se colocan, sino que también promueven un estilo de vida más sostenible y práctico, permitiendo disfrutar de la naturaleza con un mínimo esfuerzo.
