Un grupo numeroso de alrededor de 200 agentes medioambientales de Castilla-La Mancha se reunieron el martes en Toledo para exigir mejoras en sus condiciones laborales y declararon encontrarse «en lucha». Los manifestantes se congregaron frente a la Consejería de Administraciones Públicas y solicitaron al Gobierno regional que estableciera un calendario para iniciar negociaciones sobre cuestiones como la falta de personal, la seguridad en el trabajo y la transición a otras actividades para los empleados más antiguos.
Bajo consignas como ‘Page, escucha, estamos en la lucha’ y ‘sin agentes, adiós al medio ambiente’, los participantes -convocados por sindicatos como CCOO, CSIF, UGT y STAS- expresaron sus demandas no resueltas. Diego Beltrán de CCOO en Castilla-La Mancha señaló que los acuerdos anteriores con el Gobierno autonómico no se han cumplido y resaltó las deficiencias normativas que afectan a sus derechos de conciliación y ponen en peligro su seguridad laboral. Beltrán también culpó al director general de Función Pública, José Narváez, de obstruir el diálogo necesario.
Por su parte, Daniel Cánovas de CSIF enfatizó la importancia de mantener el patrimonio natural de la región, destacando que la falta de personal -actualmente cerca de 500 agentes, cuando deberían ser al menos 700- impide cumplir adecuadamente con las tareas de vigilancia y mantenimiento. Cánovas también señaló la necesidad de renovar vehículos y otros materiales de trabajo que no cumplen con los requisitos mínimos para llevar a cabo sus actividades.
Silvia Fernández de STAS subrayó la urgencia de que la Junta atienda sus demandas, recordando que las expectativas no se han cumplido en los más de nueve años desde que el Gobierno presidido por Emiliano García-Page asumió el cargo. Por su parte, José Azcoitia de UGT resaltó la escasez de agentes en el medio natural y criticó la falta de modificaciones en la normativa de prevención y extinción de incendios forestales aprobada durante el Gobierno de Cospedal, a pesar de los años de administraciones progresistas.
Los participantes en la manifestación insistieron en la importancia de proteger, tanto a través de la normativa como mediante la acción directa de los agentes medioambientales, el patrimonio natural de Castilla-La Mancha. La protesta destacó la creciente preocupación de estos profesionales por las limitaciones y obstáculos que enfrentan en el ejercicio de sus funciones esenciales para el sustento y la preservación del entorno natural.
