Con el inicio de noviembre, los entusiastas de la jardinería, atentos al cambio de estaciones, empiezan a trazar sus planes para cultivar aquellas plantas que convertirán sus jardines en un festín de colores durante el verano. Este periodo es fundamental para la siembra de especies que aportarán no solo estética sino también biodiversidad al hogar.
La albahaca es una opción destacada. Esta hierba, más allá de sus usos culinarios, seduce con sus elegantes flores moradas. Fácil de cultivar tanto en macetas como en el suelo, la albahaca atrae a polinizadores beneficiosos, como abejas y mariposas, enriqueciendo el ecosistema del jardín.
El geranio es otro imprescindible. Con un sinfín de variedades, estas plantas ofrecen un vibrante toque de color, requiriendo un mantenimiento mínimo. Su resistencia a las plagas y prolongado periodo de floración las hacen ideales para quienes se inician en la jardinería.
Para los amantes de lo exótico, el hibisco es la elección perfecta. Sus flores, en tonos vivaces de rojo, rosa y amarillo, aportan un aire tropical. Esta planta exige un entorno cálido y soleado, por lo que es esencial ubicarla en un lugar bien iluminado.
Las dalias son otra opción espléndida para noviembre. Con una variedad impresionante de formas y colores, estas plantas se desarrollan robustamente en suelos bien drenados, asegurando una floración espectacular en verano.
Finalmente, el cosmos es una opción vibrante y de fácil cuidado. Sus tonos, que van del blanco al fucsia, son un imán para mariposas y otros polinizadores. El cosmos es versátil, prosperando en diferentes tipos de suelo y requerimientos mínimos de atención.
Preparar el jardín en noviembre es una inversión para el verano. Con estas plantas, no solo se embellecerá el espacio exterior, sino que también se fomentará un entorno equilibrado y lleno de vida. La dedicación ahora promete recompensas cuando el calor veraniego haga florecer el espectáculo natural.
