Investigadores de la UCLM sugieren desarrollar una industria cultural que contribuya a la preservación de los conventos de Toledo.

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Investigación en Toledo: Propuesta de Industria Cultural para la Preservación de Conventos

Un grupo de investigadores de la Universidad de Castilla-La Mancha (UCLM) que participa en el proyecto Claustrat, titulado "El patrimonio material e inmaterial de los conventos de Toledo y su diócesis: análisis, transferencia y sostenibilidad", ha propuesto establecer una industria cultural en torno a estos emblemáticos centros religiosos. Esta iniciativa busca contribuir a la preservación de los conventos y al sustento de las comunidades de religiosas que mantienen viva esta tradición, así como proteger su extenso patrimonio, tanto material como inmaterial.

Francisco José Aranda, investigador principal del proyecto, destacó en una entrevista con Europa Press la importancia de impulsar estas comunidades a través de once propuestas que fomenten un turismo «experiencial» en lugar de uno masivo. Entre las ideas, se contempla la posibilidad de musealizar los conventos, que cuentan con valiosos archivos y bibliotecas, lo que facilitaría su apertura al público. Aranda también subrayó la relevancia de la música y otras actividades culturales que podrían llevarse a cabo en estos espacios, enfatizando el interés por conservar la cultura femenina y las tradiciones que representan.

El proyecto Claustrat, que comenzó en 2018, fue impulsado por la preocupación de un grupo de especialistas por la situación de la vida monástica en la diócesis de Toledo, especialmente ante los signos de extinción de estas comunidades. Inicialmente apoyado por la Junta de Castilla-La Mancha en 2020, el proyecto ha sido extendido hasta 2027 tras su conclusión en 2023 y ha reunido a 77 investigadores de diversas áreas, quienes han comenzado a evaluar la situación de los conventos.

Los datos obtenidos muestran que en la diócesis de Toledo hay 147 comunidades religiosas, de las cuales solo 41 se encuentran activas, y a nivel nacional, se pierde un convento de clausura cada mes. Aranda, sin embargo, se mostró optimista respecto a la situación en Castilla-La Mancha, aunque reconoció que muchas comunidades enfrentan riesgos. Entre los desafíos principales se destacan el envejecimiento de las monjas, la escasez de nuevas vocaciones y los altos costos de mantenimiento de los edificios.

Además, el acceso limitado a mercados y la competencia con negocios más céntricos amenazan la sostenibilidad económica de los conventos, dificultando la comercialización de productos elaborados por las monjas, como dulces y artículos de costura. Para solucionar estos problemas, el proyecto aboga por un mayor compromiso de las administraciones, reconociendo los esfuerzos y recursos que las comunidades religiosas dedican a la conservación de su patrimonio cultural.

De cara al futuro, el equipo de Claustrat planea publicar información recopilada en una página web accesible para el público y para investigadores. También están programados congresos y seminarios para discutir los hallazgos, así como la finalización de un inventario de bienes muebles de los conventos iniciado en la década de 1990.

Aranda destacó la importancia cultural e histórica de los conventos en Toledo, describiendo la ciudad como un "archipiélago conventual". Sin la presencia de estas comunidades, la identidad del Casco Histórico se vería significativamente alterada. Con un legado que incluye 57 comunidades en su apogeo, de las cuales 14 sobreviven hoy en día, muchos conventos han sido adaptados a nuevas funciones culturales, garantizando una conservación digna y relevante.

La información sobre esta iniciativa fue publicada originalmente en Diario de Castilla-La Mancha.

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