En España, una nueva tendencia en la repostería está cautivando a los entusiastas de los postres: la trenza de hojaldre y manzana. Este dulce fusiona la ligereza del hojaldre con el frescor de la manzana, convirtiéndose en una estrella en cafeterías y panaderías de todo el país.
Elaborada con masa de hojaldre, se corta en tiras para rellenarlas con manzanas caramelizadas. Las versiones de la receta varían, aunque muchas incorporan canela, nuez moscada y un toque de vainilla para intensificar el sabor. Una vez trenzada y horneada, se obtiene un postre crujiente por fuera y jugoso por dentro, perfecto para acompañar un café o una infusión.
Gastrónomos señalan que este postre, además de delicioso, es muy versátil. Puede disfrutarse caliente, templado o frío, adaptándose a diversas ocasiones, desde desayunos especiales hasta meriendas con amigos. Su llamativo aspecto visual también lo hace ideal para celebraciones y eventos.
La trenza de hojaldre y manzana ha fomentado un renacimiento del interés por las recetas tradicionales, con muchos aficionados explorando la creación de esta especialidad en casa. Las redes sociales, especialmente Instagram, han jugado un papel crucial en su popularización, con numerosas publicaciones mostrando el proceso de elaboración y los resultados.
Este fenómeno no solo favorece a los consumidores, sino también a los agricultores locales de manzanas, quienes han experimentado un aumento en la demanda. Así, la trenza no solo es un manjar, sino que también apoya la economía local promoviendo el consumo de productos cercanos.
Las panaderías y cafeterías continúan reinventando este dulce, cada una añadiendo su toque especial. Con ingredientes frescos y una presentación cuidada, la trenza de hojaldre y manzana se mantiene firme en el panorama gastronómico español. Es un ejemplo claro de cómo lo tradicional puede reinventarse para adaptarse a los paladares contemporáneos, creando un puente entre el pasado y el presente en la repostería.

