El Servicio de Prevención de Riesgos Laborales del Hospital Universitario de Toledo ha recibido este miércoles, 19 de febrero, los resultados de las mediciones complementarias realizadas en el área de Anatomía Patológica. En varias de las muestras analizadas se han encontrado niveles de formaldehído superiores a los recomendados, especialmente en la sala de tallado y en el laboratorio.
Frente a esta situación, el Servicio de Prevención de Riesgos Laborales y la Dirección del hospital han adoptado medidas inmediatas para salvaguardar la salud y bienestar de todos los trabajadores en el área de Laboratorios. Se ha reestablecido de forma obligatoria el uso de equipos de protección individual (EPIS) para todos los profesionales que trabajen en el servicio de Anatomía Patológica y Genética, y esta obligación también se extiende a aquellos empleados que hayan mostrado síntomas. Además, se prevé continuar con las mediciones en el área de laboratorios del centro.
El Servicio de Prevención de Riesgos Laborales permanecerá atento a la salud de los profesionales mediante la realización de nuevas pruebas para detectar agentes químicos en orina, tal como se ha indicado en una nota de prensa del Gobierno regional. Igualmente, se llevará a cabo una revisión de los protocolos de almacenamiento y manipulación del formol, así como una evaluación de las instalaciones y el equipamiento. Como parte de estas medidas, se procederá al reemplazo de las campanas de flujo laminar en el servicio de Genética.
Para reducir los riesgos, se ha sectorizado el laboratorio de Anatomía Patológica, asegurando que no haya transferencia de productos químicos a las áreas donde no se manipula este material. También se han intensificado las medidas de seguridad en la sala de tallado. Además, se ha habilitado una sala adyacente al laboratorio para llevar a cabo ciertas técnicas que requieren el uso de EPIS, reubicando los puestos de trabajo de los facultativos a otra zona.
La Junta de Personal y los delegados de Prevención de Riesgos Laborales han sido informados sobre estos resultados y las acciones que se implementarán en todos los espacios para garantizar la seguridad y salud de los trabajadores, así como la continuidad de la labor asistencial.
El servicio de Anatomía Patológica es fundamental, realizando aproximadamente 80.000 estudios al año. Esto significa que cerca de 40.000 pacientes requieren un diagnóstico que les permita iniciar su tratamiento médico o procedimientos quirúrgicos. Detrás de cada muestra hay un paciente que espera con ansiedad los resultados, especialmente cuando se trata de enfermedades graves como el cáncer.
Desde noviembre, cuando se detectó un fuerte olor a formaldehído en esta área del hospital, el Servicio de Prevención de Riesgos Laborales y la Dirección del Complejo Hospitalario Universitario de Toledo han intensificado sus esfuerzos en revisar las instalaciones y el equipamiento, así como en realizar las pertinentes mediciones. Hasta el pasado 19 de febrero, los resultados mostraban niveles de exposición por debajo de los Valores Límite Ambientales establecidos por el Ministerio de Trabajo y Economía Social, a través del Instituto de Seguridad y Salud en el Trabajo.
La noticia de que se han detectado niveles puntuales de formaldehído en el laboratorio de anatomía patológica de Toledo y de las nuevas medidas de seguridad adoptadas se publicó inicialmente en Diario de Castilla-la Mancha.
