En la última década, las cocinas integradas en el salón irrumpieron con fuerza en el panorama del diseño de interiores, fusionando funcionalidad y apertura al unir los espacios comunes del hogar. No obstante, recientes investigaciones y criterios de especialistas indican que esta tendencia está perdiendo popularidad, dando lugar a un resurgimiento de los diseños segmentados y más tradicionales.
La popularidad de las cocinas abiertas surgió por varias razones, destacando la facilidad para interactuar con familiares y amigos durante la preparación de alimentos, además del óptimo aprovechamiento de la luz y el espacio. Sin embargo, con el tiempo, los usuarios han comenzado a percibir las ventajas y desventajas de estos espacios. Entre las principales desventajas se encuentran la falta de privacidad, el ruido constante y los olores que invaden el salón.
Ana García, reconocida arquitecta y diseñadora de interiores, ofrece perspicaces observaciones sobre este cambio de tendencias: «Estamos observando un incremento en la demanda de soluciones arquitectónicas que permitan segmentar los espacios sin perder el estilo moderno. Puertas corredizas, biombos, y islas de cocina con separadores incorporados son algunas de las opciones más solicitadas».
El papel de la pandemia de COVID-19 ha sido significativo en esta transformación, forzando a muchas personas a utilizar sus hogares como espacios multifuncionales para trabajar, estudiar y realizar actividades de ocio. La necesidad de mantener ambientes que brinden más autonomía y privacidad se ha convertido en un requisito fundamental para muchas familias, modificando la concepción de lo que define un hogar eficiente y acogedor.
Retroceder hacia espacios más delimitados no implica un retorno nostálgico al pasado, sino más bien la búsqueda de un punto medio entre lo abierto y lo cerrado. Este enfoque ha propiciado la incorporación de innovaciones que integran tecnología y diseño, maximizando el uso de cada metro cuadrado disponible.
La transformación en las preferencias de los consumidores ha comenzado a influir también en el mercado inmobiliario. Constructores e inmobiliarias están reajustando sus propuestas para cumplir con estas nuevas demandas. Los anuncios que antes enaltecían las cocinas integradas están empezando a destacar la flexibilidad para reconfigurar espacios conforme a las necesidades personales de los compradores.
Así, a medida que la tendencia de cocinas abiertas empieza a declinar, el futuro del diseño de interiores se perfila como un lienzo en blanco, listo para acoger nuevas ideas que atiendan a los crecientes deseos de personalización y funcionalidad en los hogares modernos.
