Con motivo de la Jornada Mundial por el Trabajo Decente, la Delegación Episcopal de Pastoral del Trabajo de la Diócesis de Toledo, en colaboración con diversas instituciones eclesiásticas como Cáritas, el Movimiento Rural Cristiano y la Hermandad Obrera de Acción Católica, ha alzado su voz para visibilizar la inaceptable situación que enfrentan millones de trabajadores en el país. Bajo el lema ‘Por ti, por mí, trabajo decente’, esta iniciativa marca el décimo aniversario de ‘Iglesia por el Trabajo Decente (ITD)’ y expresa un «firme llamado a la acción», demandando «un cambio real y efectivo en las políticas laborales que impactan la vida y la dignidad de las personas».
La Archidiócesis de Toledo ha advertido que la precariedad laboral es un problema grave que afecta a una porción significativa de la población. Denuncian la existencia de un desempleo estructural que condena a miles a la exclusión social, mientras que aquellos que logran acceder al mercado laboral se enfrentan a contratos temporales, inestables y mal remunerados. Este panorama se percibe como un reflejo de un sistema que prioriza el beneficio económico a expensas de la dignidad humana, perpetuando desigualdades e injusticias.
Además, han destacado la siniestralidad laboral, que sigue siendo una «plaga» que cobra vidas cada año. La pérdida de poder adquisitivo, junto con las crecientes dificultades para equilibrar la vida laboral y familiar, ocasiona una constante angustia en muchas familias. También han señalado el aumento de enfermedades psicosociales, derivadas de entornos laborales tóxicos y agotadores, considerándolas como una nueva forma de violencia contra los trabajadores.
Miguel Andrés Llorca, delegado Episcopal de Pastoral del Trabajo, ha manifestado la postura de la Iglesia: «No podemos aceptar que en pleno siglo XXI, en una sociedad que se considera desarrollada, millones de personas vean vulnerados sus derechos más fundamentales. El trabajo decente no es un lujo, es un derecho humano esencial, y su ausencia es un ataque directo a la dignidad de la persona». Llorca ha instado a las autoridades a asumir su responsabilidad en la lucha contra esta situación intolerable.
La Delegación Episcopal ha criticado la «falta de voluntad política» para abordar efectivamente la precariedad laboral, exigiendo la creación de puestos de trabajo estables y bien remunerados. Subrayan que generar empleo no es suficiente; es crucial que estas ocupaciones sean dignas y ofrezcan condiciones laborales justas. Hacen un llamado a reducir la jornada laboral sin que esto implique una pérdida salarial, lo que permitiría a los trabajadores mejorar su calidad de vida y alcanzar una mejor conciliación entre su vida laboral y personal.
Asimismo, consideran esencial implementar políticas que faciliten esta conciliación, asegurando que los trabajadores no deban sacrificar su bienestar personal y familiar para mantener su empleo. También insisten en la necesidad de entornos laborales seguros y saludables, denunciando que los trabajadores siguen enfrentándose a condiciones laborales que amenazan su salud y seguridad.
La Archidiócesis subraya la importancia de reforzar las medidas de seguridad en el trabajo y sancionar de manera ejemplar a quienes incumplan estas normas. Ponen de manifiesto la precariedad extrema que sufren muchas personas migrantes, quienes a menudo se ven obligadas a laborar en condiciones indignas, y exigen una regularización extraordinaria que les garantice acceso a empleos dignos.
En este contexto, recuerdan las palabras del Papa Francisco, quien ha defendido el trabajo decente, afirmando en su encíclica ‘Evangelii Gaudium’ que «el ser humano expresa y enriquece la dignidad de su vida a través del trabajo». Esta afirmación se considera una llamada a la acción para quienes pueden influir en las políticas laborales.
La Delegación Episcopal de Pastoral del Trabajo de Toledo demanda un «cambio real y efectivo en las políticas laborales», instando al Gobierno y a los legisladores a adoptar medidas concretas que garanticen el trabajo decente como un derecho inalienable. Enfatizan la urgencia de construir una sociedad justa, donde el trabajo sea una fuente de vida y no de sufrimiento.
En este décimo aniversario de la Iglesia por el Trabajo Decente, la Delegación Episcopal reitera su compromiso de luchar incansablemente por la dignidad y el bienestar de todos los trabajadores, invitando a la sociedad a unirse en la lucha contra la precariedad y a exigir trabajo decente para todos. Miguel Llorca concluye: «El trabajo decente no es solo un objetivo, es una necesidad urgente y una obligación moral. Actuemos ahora, con decisión y valentía, para garantizar que todos puedan vivir con la dignidad que merecen.»
La entrada de Últimas noticias sobre Archidiócesis de Toledo pide un cambio real en las políticas laborales para mejorar la dignidad de las personas se publicó primero en Diario de Castilla-la Mancha.