La presa romana de Moracantá, situada en Villaminaya (Toledo), ha sido designada como Bien de Interés Cultural (BIC) en la categoría de monumento por el Gobierno de Castilla-La Mancha. Este reconocimiento resalta la notable importancia de esta estructura histórica ubicada al norte del municipio, en la frontera con Almonacid (Toledo).
Según la portavoz del Gobierno regional, Esther Padilla, en una conferencia de prensa, la presa representa un destacado ejemplo de ingeniería hidráulica de la época romana temprana, destinada al suministro de agua. Además, mencionó que en la zona se encuentran también enterramientos de la época tardoantigua, demostrando la relevancia y continuidad del sitio a lo largo del tiempo.
Desde el punto de vista constructivo, el dique de la presa está conformado por dos muros adyacentes de hormigón, unidos con piedras y guijarros de diferentes tamaños recogidos en la localidad. Especialmente notable es un azud de 44 metros de largo, dos metros de espesor y altura, que intercepta el arroyo de Prado Redondo, cerca de su unión con el arroyo del Fuente Recén. Esta estructura, datada en los siglos I y II d.C., no solo servía para almacenar agua, sino también para regular el caudal de los arroyos.
Padilla destacó la sencillez y eficacia de este ejemplo de ingeniería hidráulica de la antigüedad. La importancia histórica del lugar se ve reforzada por haber sido escenario de tres importantes batallas. La primera fue la batalla de Guazalete en 742, seguida por un enfrentamiento en 854 con las tropas del emir Mohamed I de Córdoba, y más recientemente, la batalla de Almonacid en 1809 durante la Guerra de la Independencia.
Con la designación como BIC, se reconoce y protege la relevancia cultural, histórica y arquitectónica de la presa romana de Moracantá, asegurando su conservación para las generaciones futuras y realzando el valor cultural de Castilla-La Mancha.
