La mítica planta avícola del grupo SADA, situada en Lominchar (Toledo), llega a su fin después de unos 60 años de actividad. El próximo miércoles, 31 de enero, marcará el cierre definitivo de esta histórica instalación, lo que representa un capítulo final para la comunidad local y más de 600 antiguos empleados. Según la información proporcionada por el sindicato CCOO, la imposibilidad de renovar el contrato de arrendamiento de la propiedad ha llevado a SADA a presentar un Expediente de Regulación de Empleo que afecta a toda la plantilla actual.
Ante esta situación, la empresa ofreció traslados a otras sedes del grupo o asociadas como Valls Company. Sin embargo, solo doce miembros del equipo comercial podrán continuar en la Zona Centro de SADA, ubicada en Numancia de la Sagra. El resto de empleados se decantaron por la negociación colectiva de sus finiquitos.
El acuerdo para el despido colectivo de los últimos 32 trabajadores se cerró recientemente, incluyendo la indemnización legal correspondiente, así como el pago de salarios y convenios especiales de cotización a la Seguridad Social para los empleados mayores de 55 años.
A pesar de la valoración positiva del sindicato CCOO sobre el acuerdo, lamentan la pérdida de empleo y la actividad productiva en la región.
La histórica planta, con una extensión de 31.000 m2 y 13.368 m2 construidos, se encuentra ubicada en la carretera de Cedillo. La planta, que una vez fue un complejo de sacrificio y procesamiento de aves, producción de harinas y congelados, se limitaba actualmente a la elaboración de asados, adobados y otros productos derivados del pollo.
Con este epílogo, la planta avícola de SADA en Lominchar cesará su producción y se desmantelará por orden del propietario del inmueble. El legado de la planta y el agradecimiento a sus trabajadores quedarán en la memoria de Lominchar y su comarca.
