Durante la XXX Asamblea de la Asociación de Regiones Europeas Vitícolas (AREV) celebrada en Iasi, Rumanía, Emiliano García-Page, presidente de Castilla-La Mancha, presentó su propuesta de convertir a la asociación en una plataforma para la creación de proyectos conjuntos entre las regiones vitícolas de Europa. Acompañado por Julián Martínez Lizán, consejero de Agricultura, Ganadería y Desarrollo Rural, García-Page sugirió impulsar la colaboración, mencionando la posibilidad de establecer alianzas entre Moldavia y Castilla-La Mancha o entre Borgoña y La Rioja.
Esta conexión interregional promovería la investigación, la comercialización y la producción de vino, resaltando los beneficios mutuos que estos acuerdos podrían brindar. A pesar de anunciar su renuncia al cargo de presidente de la AREV, García-Page afirmó que Castilla-La Mancha seguirá participando activamente en la asociación y ofreció Toledo como sede para la próxima reunión.
El presidente subrayó el cambio gradual en Europa hacia un nuevo enfoque de sostenibilidad que abarca aspectos sociales, económicos y ambientales. También hizo hincapié en la importancia de proteger los intereses de diversas comunidades, destacando el potencial de defender de manera más efectiva los intereses del sector vinícola en el ámbito europeo.
García-Page hizo una evaluación positiva de su gestión en la AREV, destacando el fortalecimiento de las relaciones con comisarios de la Unión Europea y la participación activa en debates sobre temas cruciales como el etiquetado, la financiación para la agricultura ecológica y las denominaciones de origen. Se enorgulleció de dejar a la asociación en una posición financiera sólida y de aumentar el número de miembros durante su mandato.
Esta reunión sirvió como una oportunidad para plantear desafíos futuros y continuar promoviendo el sector vitivinícola europeo, resaltando la importancia de la cooperación regional como clave para el crecimiento y la sostenibilidad a largo plazo.